El precio de la materia prima aumentó rápidamente tras el inicio de la guerra en Ucrania a finales de febrero. Productos como el petróleo, los metales, la gasolina, el gas natural, el trigo y la soja desaparecieron en medio de la incertidumbre y en pocos días comenzó un nuevo auge de la materia prima.
La invasión rusa y las sanciones impuestas por las naciones occidentales a Mosc iniciaron aumentos históricamente significativos en el precio de los alimentos y el combustible en el mercado global y llevaron a las empresas a buscar fuentes alternativas de suministro.
La degradación de los recursos naturales.
Además, se han planteado ciertos análisis económicos que ven la situación actual como una oportunidad para la región debido a la caída de la oferta de productos energéticos y cereales como consecuencia de la crisis en Ucrania.
Según este punto de vista, la posibilidad de que la región pueda exportar más recursos naturales es vista como una «buena noticia» luego de que la pandemia del COVID-19 dejara heridas severas en las economías latinoamericanas.
Aunque históricamente hablando, se ve como una muy mala idea que un país base su crecimiento principalmente en la exportación de recursos naturales, incluso en tiempos de dificultades económicas.
Es lo que comúnmente se denomina la «maldición de los recursos naturales» o la «paradoja de la abundancia» que afecta a países que, a pesar de ser ricos en materias primas, tienden a estancarse en un bajo nivel de desarrollo porque exportan bienes no productos de valor agregado como granos, minerales y petróleo.
Los beneficios son puestos en duda por la inflación.
Según Elijah Oliveros-Rosen, economista sénior de la división de Investigación y Economía Global para América Latina de S&P Global Ratings, el aumento de la inflación tiene un efecto que probablemente oculta cualquier ganancia comercial.
Según el experto en conversación con BBC Mundo, no existe una fórmula matemática para calcular con precisión cuánto gana un país por la renta de las materias primas y cuánto pierde por los efectos de la inflación porque determinar el efecto neto depende de una amplia gama de variables.
El aumento de los precios de las ha generado presiones sobre la inflación, pero también ha tenido un impacto en la fortuna comercial y presupuestaria de los países de la región.
El giro de las últimas semanas
El escenario económico se ha complicado en las últimas semanas. Un indicador clave de la materia prima, el Índice Bloomberg Commodity Spot, que sigue la evolución de los contratos en mercados energéticos, de metales y cultivos, ha bajado cerca de un 20% después del récord alcanzado a comienzos de junio, en la medida que crece los temores de que se aproxima una recesión.
Los mercados advierten que la Reserva Federal de Estados Unidos, que es el equivalente al banco central de un país, no podrá manejar la inflación, que ha alcanzado su nivel más alto en cuatro décadas, sin aumentar más el valor del dólar y empujar la economía.
La situación en Europa, donde las tasas de interés están a punto de experimentar su mayor aumento en dos décadas, no parece prometedora, y la desaceleración económica de China solo agrega combustible al fuego.