Si estás en Los Cabos y sientes que ya has visto todo lo que el destino tiene para ofrecer, quizás sea momento de mirar un poco más allá. No hace falta alejarse demasiado para descubrir playas escondidas, pueblos detenidos en el tiempo o caminos que se vuelven inolvidables por sí mismos.
A menos de dos horas hay opciones para todos los gustos: naturaleza en estado puro, gastronomía local, historia viva y playas donde el silencio suena más fuerte que el mar. Solo hace falta elegir hacia dónde girar el volante.
Un oasis de arte y tradición en San José del Cabo
El sur de la península de Baja California es una región que premia a quien se atreve a recorrerla sin apuro. La renta de carros abre la posibilidad de trazar rutas propias, sin depender de tours organizados ni horarios ajenos.
La primera parada recomendada para quienes salen desde Cabo San Lucas: San José del Cabo. Aunque forma parte del mismo destino turístico, se siente como un universo aparte. Su centro histórico guarda calles empedradas, galerías de arte y una iglesia que enmarca las tardes como si el tiempo se hubiese quedado quieto. Ideal para caminar sin prisa, perderse entre tiendas de diseño local o saborear un mezcal sin pretensiones.
Un buen plan es llegar al mediodía, disfrutar de un almuerzo en alguna terraza bajo la sombra de los árboles y explorar sus pasajes con música en vivo, exposiciones y puestos de comida callejera. Aunque está a solo media hora en auto de Cabo San Lucas, el ritmo aquí es otro: más pausado, más íntimo, más para quedarse.
Rumbo norte, con mar a un lado y desierto al otro

Desde San José del Cabo hacia el norte, la ruta escénica se abre camino bordeando el Mar de Cortés. Es un tramo donde las curvas regalan vistas permanentes al océano, y las señales de tránsito a veces son reemplazadas por cactus gigantes que parecen vigilar el camino. A lo largo de la carretera federal 1, varios puntos merecen una parada.
Uno de ellos es Miraflores, un pueblo conocido por su tradición en talabartería y trabajo artesanal en cuero. Aunque pequeño, ofrece una postal auténtica del Baja California más profunda. A pocos minutos, Santiago invita con su vegetación inesperada. Aquí, el paisaje se transforma y aparecen palmeras, huertos y hasta una cascada escondida. Es una de esas sorpresas que no parecen pertenecer al clima árido de la región.
Seguir en esta dirección lleva eventualmente a La Ribera, una localidad donde el turismo aún no ha desplazado a la calma del día a día. Las playas son amplias, poco transitadas, y el agua se muestra limpia y transparente. Un excelente punto para quienes viajan con equipo de snorkel o simplemente quieren almorzar mirando el mar.
A esta altura del viaje, muchas personas aprovechan para detenerse a mitad de camino y disfrutar del trayecto. La renta de autos en Los Cabos permite justamente eso: adaptar el recorrido según lo que se presente en el momento, sin seguir una agenda rígida.
El encanto oculto de Cabo Pulmo y su tesoro submarino
Quienes tengan tiempo y ganas de conducir un poco más pueden continuar hasta Cabo Pulmo. Este parque nacional marino alberga uno de los arrecifes de coral más antiguos del continente americano. Lo interesante es que, a pesar de su relevancia ecológica, el lugar conserva una infraestructura discreta. No hay grandes hoteles ni calles asfaltadas: solo caminos de tierra, casas bajas y el rumor constante del mar.
El acceso puede requerir algo de paciencia, ya que los últimos kilómetros no están pavimentados. Pero quienes llegan coinciden en que vale cada minuto del trayecto. Ya sea para practicar buceo, esnórquel o simplemente caminar por la playa al atardecer, Cabo Pulmo es una joya que premia a quienes se aventuran un poco más lejos.
Este tramo del viaje conecta con un aspecto menos conocido del sur de la península: su capacidad para preservar ecosistemas marinos en estado casi virgen. Es importante verificar antes de viajar si se requiere reservar con antelación las actividades acuáticas, ya que el parque tiene cupos limitados para proteger el entorno.
Un viaje por la magia de Todos Santos

Volviendo hacia el Pacífico, otra escapada recomendada es Todos Santos. Este Pueblo Mágico combina arquitectura colonial, galerías de arte, cafés escondidos y una escena cultural que vibra entre lo tradicional y lo contemporáneo. Además, la playa de Cerritos, a unos minutos, es reconocida por su oleaje ideal para aprender surf.
El camino desde Cabo San Lucas es de poco más de una hora, pero conviene salir temprano para aprovechar el día. Quienes estén dispuestos a manejar un poco más pueden continuar hacia El Pescadero, una zona agrícola que también ha empezado a atraer a chefs y productores que buscan cultivar ingredientes de manera más sostenible. Si la visita coincide con temporada de cosecha, es posible encontrar ferias locales con productos orgánicos y comidas al aire libre.
Más allá del surf o las artes, Todos Santos es también un buen lugar para quienes buscan un entorno tranquilo sin alejarse demasiado del confort. La presencia de pequeñas posadas, restaurantes de autor y eventos culturales lo vuelven un lugar para quedarse más de lo previsto.
Consejos que no aparecen en los mapas
Antes de emprender cualquiera de estas rutas, es conveniente revisar las condiciones del vehículo, llevar agua suficiente y considerar que algunas zonas tienen cobertura limitada de celular. Si bien los caminos están en su mayoría en buen estado, no todos los trayectos están señalizados de forma clara. En esos casos, preguntar a los locales suele ser más eficaz que seguir el GPS.
Una recomendación valiosa es llevar siempre algo de efectivo. No todos los comercios en pueblos pequeños aceptan tarjeta, y encontrar un cajero automático puede volverse una odisea innecesaria. Además, conviene cargar gasolina con anticipación: hay zonas donde las estaciones de servicio son escasas y distantes entre sí.
Por último, mantener una actitud abierta a modificar el plan es parte del encanto. A veces el lugar que más sorprende no estaba siquiera en la lista inicial. El sur de Baja California tiene esa capacidad de desarmar expectativas y ofrecer algo mejor.
			






