Las finanzas personales es un tema al que todos debemos enfrentar tarde o temprano. La época de la pandemia obligó a muchas personas a disminuir sus gastos productos del confinamiento. Estas personas denominadas “ahorradores pandémicos” aprendieron hoy en día a ser más precavidos con sus finanzas personales antes de irse de viaje, salir a comer, participar en eventos, ir a la ópera, al cine, entre otras cosas.
Numerosos expertos coinciden que ahora es un buen momento para replantearnos lo que hacemos con nuestro dinero tanto desde el punto de vista de inversión y ahorro, así como el del pago de deudas. Así es, tener ciertos principios básicos que no dependen de la tecnología sino más bien de nuestra capacidad organizativa. A continuación, veremos algunas estrategias que pueden ayudarte a visualizar mejor tu futuro y la forma práctica en la que conseguirás tus metas.
Estrategias para organizar las finanzas personales
Define tus objetivos financieros
Todo comienza con una meta. Muchos expertos suelen recomendar que te fijes una meta para la semana, el mes, el año y a largo plazo. Incluso es buena idea dejarlo por escrito para que lo puedas consultar cada vez que sientas que has perdido la brújula.
Algunos objetivos financieros pueden ser tratar de conseguir un trabajo extra para mejorar tu ingreso en total, subir nivel de ahorro, emprender algún proyecto o cambiarnos de trabajo. La mayoría de estos aspectos podrían ser metas a muy corto plazo.
Sin embargo, también es conveniente visualizar dónde queremos estar financieramente dentro de 5 o 10 años. Así lograremos que nuestras metas específicas estén en el marco de un horizonte mucho mayor.
Elabora un presupuesto
Una vez hemos definido nuestros objetivos financieros, ha llegado el momento de crear un presupuesto. Recuerda que no tiene que ser nada extremadamente complejo ni con lujo de detalles. Basta con tener al menos los gastos fijos agrupados en categorías tales como: seguro médico, educación, vehículo, deudas, vestuario, entretenimiento, etc.
También es conveniente agregar una categoría extra para gastronomía o imprevistos, así como una partida para el entretenimiento. Podemos dejar recursos para jugar juegos de azar en www.casinobonos.com, pues al tener un buen presupuesto podríamos darnos el lujo invertir dinero en este tipo de entretenimiento, sin poner en riesgo el dinero que necesitamos para nuestro día a día.
Ahorra
Luego que hemos definido nuestros objetivos financieros y tenemos un presupuesto ha llegado el tiempo de ahorrar. Para nadie es un secreto que la incertidumbre financiera crece y en ocasiones no estamos seguros si alguna empresa renovará el contrato con nosotros o si nuestros clientes volverán a demandar nuestros productos o servicios.
De allí la importancia de un colchón financiero que nos permita cubrir cualquier eventualidad o emergencia. Los expertos explican que el ahorro no significa guardar lo que “nos sobra” sino en muchas ocasiones requiere cierto sacrificio.
La idea es que inicies cuanto antes, así sea de poco a poco para ir aumentando la meta según van evolucionando nuestras circunstancias personales. De hecho, al momento de ahorrar no importa el monto lo importante es que te hagas con el hábito.
Una moneda con dos caras
Las finanzas personales es una moneda compuesta por dos caras, por un lado, ya hemos hablado de la importancia de aprender a ahorrar, sin embargo, también está el tema de invertir. Intenta analizar las tasas de interés en tu país o región a fin de determinar si te conviene guardar dinero en el banco o invertirlo.
La recomendación de los expertos es invertir en aquellos activos que entendamos bien y que estemos dispuestos a perder, es decir, no asumir riesgos con el dinero que necesitamos en nuestro día a día. Es importante diversificar las inversiones para evitar una pérdida total cuando un activo se desplome. Otro riesgo es “invertir por invertir” simplemente siguiendo las recomendaciones de redes sociales que no garantizan que se trate de una fuente calificada.
¿Cuáles son los errores más comunes?
Uno de los errores más grandes que tienen las personas es no tener conciencia sobre lo que realmente es un crédito. Aunque es obvio que un crédito es un préstamo que tendremos que devolver con intereses, muchas personas caen en la trampa psicológica de que pueden utilizar la tarjeta de crédito sin tener que pensar en el dinero que van a pagar después.
Esto transmite la idea de que podemos postergar un problema para más adelante y que en el futuro verás cómo solucionar el préstamo. Un error que se repite en todos los sectores sociales de todos los países y niveles educativos. Independientemente del monto, de la cuota y su objetivo, es importante que calculemos que al final del préstamo terminaremos pagando varias veces el dinero en cuestión por lo que podría ser no ventajoso adquirir un préstamo.