El mutismo selectivo es un trastorno de ansiedad que puede presentar un niño en entornos fuera del hogar, como la escuela, y que generalmente puede hablar en casa. Estas señales se pueden notar cuando el niño tiene entre 3 o 4 años. Además, podrían pasar un año en la escuela sin emitir ni una palabra.
Síntomas del mutismo selectivo
Los niños con mutismo se portan de manera educada en la escuela, aunque no emitan ni una palabra. De manera que su silencio se podría interpretar como timidez, lo que puede ocasionar nunca ser tratado como un problema de aprendizaje. Por ello, hay que estar alerta a los siguientes síntomas:
- Algunos hacen gestos, asientan con la cabeza para poder comunicarse, realizan expresiones faciales, otros no se comunican de ningún modo.
- Hay quienes se quedan paralizados por el miedo de hablar.
- En la casa pueden hablar y socializar normalmente. Sin embargo, con desconocidos o en la escuela no pueden hacerlo.
- Dificultad para hablar con algún compañero de escuela.
- Aun en situaciones como querer ir al baño no se comunican con su maestra.
Tratamiento para el mutismo selectivo
El tratamiento para el mutismo selectivo es la terapia cognitivo-conductual, el terapeuta trabajará sistemática y gradualmente con el niño utilizando elementos que aumenten su confianza. De manera natural y sin presión el especialista lo ayudará a descubrir su voz en los entornos donde se le dificulta hablar.
Además, el terapeuta trabajará con los padres para que estos aprendan a aplicar las técnicas en los entornos donde el niño se le dificulta el habla. En los casos donde el mutismo es severo, se la prescribirá tratamiento para la ansiedad.
Consejos para ayudar al niño a hablar
- Después de hacerle una pregunta al niño no la repita y espere 5 segundos. De esta manera, le dará tiempo para que pueda responder y no deje que nadie la responda, esto también le ayudará a tolerar la ansiedad.
- En vez de felicitarlo de manera general, sea específico al elogiarlo por alguna palabra que haya dicho. Así él comprenderá la razón del elogio y esto podrá motivarlo a hablar de nuevo.
- Reformule la pregunta en lugar de hacer preguntas que se responden con un sí o con un no, o asintiendo o negando con la cabeza. Haga preguntas que generen una respuesta verbal, por ejemplo ¿quieres jugo de fresa o de melón?
- Practique hacer eco repitiendo o parafraseando lo que el niño dice. Este hecho lo fortalecerá y lo hará sentir que ha sido escuchado y que lo han entendido.
Hay que tener presente que a los niños con esta condición nunca se les debe obligar a hablar. No se sabe con exactitud cuanto tiempo demorará un niño con mutismo en recuperarse. Lo que sí se sabe, es que es importante tratarlo cuando aún están en edad de preescolar, porque a medidas que crecen el tratamiento se vuelve más difícil. Además, el niño sufrirá por mucho más tiempo si se pospone el tratamiento y se perderá de su desarrollo académico y social por no poder hablar.