Mucho se habla de la importancia de los hábitos de vida en enfermedades como la diabetes, la hipertensión y el infarto. Sin embargo, ahora sabemos que el impacto de estos hábitos va mucho más allá y también está directamente relacionado con el riesgo de cáncer en general.
Una dieta inadecuada representa uno de los factores de riesgo de cáncer modificables más importantes. Así, las llamadas dietas antiinflamatorias, ricas en hidratos de carbono libres y carnes rojas, contribuyen a aumentar el riesgo de varios tipos de tumores, como el de mama y el de colon. Esto se debe a que dichos carbohidratos libres (azúcar refinada, dulces, pan, harina, arroz blanco, etc.) elevan los niveles de glucosa e insulina en sangre, generando un estado de inflamación crónica. Esto, a su vez, estimula el crecimiento y la supervivencia de las células tumorales en el cuerpo.
Incluso los jugos naturales están implicados en este riesgo, como lo demuestra un gran estudio que mostró un aumento del 18 % en el riesgo general de cáncer con el consumo de bebidas azucaradas y jugos de frutas naturales. Este daño probablemente esté justificado por la alta carga de glucosa presente en estas bebidas.
Entonces, ¿los edulcorantes artificiales serían una alternativa segura al uso de azúcar? Probablemente no.
Los edulcorantes también se han relacionado con una mayor probabilidad de desarrollar cáncer a lo largo de los años. En los primeros estudios, se ha demostrado que alteran negativamente la flora intestinal (llamada microbiota intestinal), lo que se ha relacionado con un mayor riesgo de tumores.
Recientemente, un importante estudio evaluó específicamente el impacto del consumo de edulcorantes en la aparición de cáncer en una población francesa de más de 100.000 personas. En él se demostró que el alto consumo de edulcorantes artificiales se correlacionó con un mayor riesgo de cáncer, del orden del 15%, siendo del 22% para el cáncer de mama y del 13% para los relacionados con la obesidad. Los edulcorantes más implicados fueron el aspartamo y el acesulfamo-K, pero cabe señalar que pocas personas recibieron sucralosa y no se evaluaron los edulcorantes naturales como la stevia.
Por lo tanto, los estudios sugieren que los edulcorantes artificiales, tan utilizados en la industria alimentaria, pueden aumentar significativamente el riesgo general de cáncer. Por lo tanto, deben evitarse en la dieta, al igual que el azúcar refinada.
Por lo tanto, debemos tener en cuenta que no existen alternativas sofisticadas para la prevención de tumores. Una dieta equilibrada rica en verduras, frutas, pescado, cereales y baja en hidratos de carbono libres y carnes rojas es la base de una dieta saludable. Con ello, no solo actuamos contra enfermedades como la hipertensión y la diabetes, sino que sobre todo ponemos de nuestra parte en la prevención del cáncer.