La segunda fase del cohete de SpaceX impulsado hace 7 años chocara en la Luna a mediados de marzo. El cohete se usó en 2015 para ubicar un satélite para la observación del clima en la Tierra, quedando flotando a la deriva en el espacio.
Desde esa fecha, la segunda fase usada para impulsar el cohete flotaba en el universo en medio de una órbita llamada «caótica», el astrónomo que descubrió esta trayectoria explicó el pasado 26 de enero a la AFP Bill Gray, su posible final. El objeto se encuentra muy cerca de la Luna, lo que cambió su órbita, definió el responsable del Proyecto Plutón, un tipo de software que ayuda a calcular los recorridos de asteroides y otros tipos de objetos, usados por programas de observación por la NASA.
El experto observo una semana después la trayectoria y pudo observar los restos del cohete con dirección a la Luna, considerando que estos se estrellarían contra la cara más recóndita de la Luna el 4 de marzo del 2022.
Haciendo un llamado a la sociedad de astrónomos para la realización de nuevas observaciones, sobre los registros que fueron confirmados. Los restos del SpaceX golpeará el plano lunar a unos 9.000 km/h.
La hora y el sitio exacto aún podrían cambiar por kilómetros o hasta minutos debido a la consecuencia que tiene la luz solar sobre este satélite natural, que es arduamente predecible. La fase final del cohete se podrá observar a comienzos de febrero y la dirección se ajustará. Pero el choque es seguro.
«Se ha estado indagando y rastreado los desechos espaciales por más de 15 años, y este será el primer impacto lunar no intencional» descubierto.
Es importante la regulación de los desechos espaciales
Jonathan McDowell, astrónomo insinúa que es posible que impactos iguales a este hayan sucedido en el pasado sin saberlo. «Existe al menos cincuenta objetos que están vagando en el espacio profundo desde las épocas de 1960, 1970 y 1980, y sencillamente se han dejado sin rastrear»
Las nuevas observaciones no han permitido situarlos a todos. «Es posible que varios hayan golpeado la Luna casualmente sin saberlo«, estimó. En el mes de marzo se espera la colisión de este objeto de alrededor de cuatro toneladas aunque no será visible a simple vista desde la Tierra cuando suceda.
Pero debería generar un cráter que sí podría ser estimado por los científicos más tarde, por medio de las sondas LRO de la NASA o por medio del Indian Chandrayaan-2, creando nuevos indicios sobre lo que es la geología lunar.