Hacer alguna clase de ejercicio evita que des vueltas en la cama, moviéndote inquieto durante toda la noche, quizás quieras probar otro tipo de movimiento antes de meterte en la cama y poder evitar así el insomnio.
Por qué el ejercicio nos ayuda a dormir mejor… y viceversa
El ejercicio regular es profundamente beneficioso para el sueño. Las personas que hacen ejercicio con regularidad afirman tener una mejor calidad de sueño que las que no lo hacen. La actividad física puede aumentar la cantidad de tiempo que pasamos en el sueño profundo, la etapa más reparadora del sueño.
El ejercicio físico también puede reducir el tiempo de inicio del sueño, lo que permite conciliarlo más rápidamente una vez que la cabeza toca la almohada. El ejercicio aumenta la duración del sueño, incrementando el número de horas que se puede dormir y disminuyendo el tiempo que se pasa despierto en mitad de la noche.
El sueño y el ejercicio tienen una relación bidireccional
Basándose en los datos disponibles, los investigadores teorizan que un sueño deficiente puede ser un impedimento clave para lograr un estilo de vida físicamente activo.
Una buena noche de sueño puede ayudar a sentirse más motivado para emprender un entrenamiento al día siguiente. Las personas con insomnio y trastornos del sueño, así como algunas personas que duermen mal, son menos activas y menos propensas a hacer ejercicio durante el día.
Por otra parte, un sueño de mejor calidad y más prolongado podría mejorar su entrenamiento o su rendimiento deportivo, como ocurrió con los jugadores de baloncesto de la Universidad de Stanford.
Es importante señalar que, aunque los estudios han establecido una relación entre un buen sueño y unos niveles de actividad física saludables, las investigaciones actuales aún no han demostrado de forma concluyente que un mejor sueño conduzca directamente a un aumento de la actividad física en todos los casos.
El mejor momento para hacer ejercicio para mejorar el sueño
Hacer ejercicio justo antes de acostarse puede no ser una buena idea… Si eres un fanático del fitness que se somete a fuertes entrenamientos con el corazón, un entrenamiento antes de acostarse puede no ser la mejor rutina nocturna.
Podrías activar hormonas estimulantes como las endorfinas, que aumentan la actividad cerebral y pueden mantener a algunas personas despiertas. Además, el ejercicio aumenta la temperatura central del cuerpo, que normalmente tiene que bajar para indicar al cerebro que es hora de acostarse.
Si prefieres hacer ejercicio por la noche pero te resulta más difícil conciliar el sueño, reserva un tiempo para ir al gimnasio al menos una o dos horas antes de acostarte para que tu cerebro tenga tiempo suficiente para relajarse.
Encuentra el momento adecuado para ti. Es un error común pensar que los entrenamientos matutinos ayudan a mejorar la productividad a lo largo del día, pero el horario del amanecer no es para todo el mundo.
La doctora Frida Rångtell, educadora del sueño, subraya que cada persona es diferente y que el «mejor» momento del día para hacer un ejercicio óptimo varía de una persona a otra: «Aunque hacer ejercicio es bueno para el cerebro y el cuerpo, [madrugar] no es para todo el mundo. Algunos individuos necesitan dormir un poco más tarde por la mañana y las personas tienden a rendir más en diferentes momentos del día. Si eres una persona vespertina, puede que rindas más tarde y viceversa para las personas matutinas».
Cuando se trata de hacer ejercicio, el hábito y la regularidad pueden ser más importantes que la hora del día en la que te ejercitas. Experimenta con tu horario de ejercicio para encontrar el que mejor te funcione.
El sueño ayuda a la recuperación después del entrenamiento
El sueño ayuda de forma natural a nuestro cuerpo a curarse y recuperarse, y es especialmente necesario después de los entrenamientos agotadores. La mayoría de los adultos necesitan una media de 8 horas de sueño por noche, pero si haces ejercicio con frecuencia y fuerzas los músculos, es posible que necesites más de 8 horas de sueño para asegurarte de que eres capaz de recuperarte adecuadamente.
Podrá saber que su cuerpo necesita más horas de sueño si experimenta una somnolencia diurna excesiva, si tiene constantemente problemas de concentración, si se queda dormido con facilidad durante el día en escenarios no tradicionales o si duerme demasiado a menudo.